domingo, 30 de marzo de 2014

Nueva casa del Instituto del Buen Pastor en Argentina



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 Con gran alegría me permito hacer de su conocimiento en forma oficial, que el pasado martes 11 de marzo, Monseñor Oscar Sarlinga, Obispo de Zárate-Campana (Provincia de Buenos Aires), otorgó a nuestro Superior, el Padre Philippe Laguérie, la autorización para erigir canónicamente en su Diócesis una casa del Instituto del Buen Pastor.
Como Superior del Distrito de América Latina, he firmado con él el acuerdo que reglamenta conforme al canon 681 nuestras actividades pastorales dentro de la Diócesis. Dicho acuerdo asigna canónicamente al Instituto del Buen Pastor el Oratorio San Juan de Luz, localizado en Maschwitz, Partido de Escobar, a un costado de la casa que actualmente nos ha sido prestada por una asociación de fieles.
Su Excelencia ha nombrado al Superior de dicha casa, ”capellán para todos los fieles que soliciten la forma extraordinaria del rito romano” (actualmente ejerzo dicho mandato).
Consideramos esta nueva fundación como una extraordinaria y muy prometedora gracia, ya que en esta comunidad existen mas de 250 fieles, además de un colegio con un centenar de niños, de muy buenas y numerosas familias, en los que hay vocaciones potenciales. Sobre todo, estamos ante un nuevo punto de partida para reforzar el desarrollo de nuestro instituto en América Latina, tal y como se ha hecho con nuestra casa de Bogotá, Colombia.
Cuento con las oraciones de todos ustedes para que este apostolado sea un éxito, y los aliento a difundir esta excelente noticia en los diversos medios de comunicación sobre los que ustedes tengan responsabilidad, sobre todo en aquellos de Latinoamérica: el campo de nuestro apostolado en esta parte del mundo puede ser muy amplio, por sus posibilidades de desarrollar aquí nuevos proyectos, además de los que ya están en operación en Brasilia y Sao Paulo.
Confiamos todo esto a la emperadora de las Américas, la Virgen de Guadalupe,
Con mis oraciones y mi bendición,
Padre Matthieu Raffray
Superior del Distrito de América Latina

domingo, 16 de marzo de 2014

martes, 11 de marzo de 2014

El Papa Francisco alude a la guerra de los ’70. ¿Termina la “memoria hemipléjica” en la Iglesia? – Por Mario Caponetto


La Fe de Cristo fue sustituida por la falsa utopía de la revolución comunista y el lugar de la esperanza cristiana fue ocupado por la ilusión falaz del paraíso marxista.
Ha causado profunda sorpresa, fuera y dentro de los medios católicos, el Discurso del Papa Francisco, dirigido a los miembros de la Pontificia Comisión para América Latina, pronunciado en Roma el pasado 28 de febrero. Hablando acerca de los desafíos que enfrenta hoy la Iglesia en la misión de transmitir la Fe a los jóvenes, el Santo Padre ha reconocido, expresamente, que en la Argentina, en los años setenta muchos jóvenes provenientes de círculos y ámbitos católicos formaron en los cuadros de la guerrilla.
He aquí las palabras textuales del Papa: “Otra cosa que es importante para la juventud, transmitir a la juventud, a los chicos también, pero sobre todo a la juventud, es el buen manejo de la utopía. Nosotros en América Latina hemos tenido la experiencia de un manejo no del todo equilibrado de la utopía y que en algún lugar, en algunos lugares, no en todos, en algún momento nos desbordó. Al menos en el caso de Argentina podemos decir ¡cuántos muchachos de la Acción Católica, por una mala educación de la utopía, terminaron en la guerrilla de los años setenta!” .
Resulta ocioso señalar la importancia de este reconocimiento, el primero que se hace oficialmente en la Iglesia y nada menos que por boca del Papa. La Jerarquía católica argentina (salvo excepciones) ignoró siempre este hecho, pese a su enorme gravedad; la memoria histórica eclesiástica, también ella afectada, al parecer, de cierta hemiplejía, nunca lo registró. Pero, ahora, la palabra papal pone el tema sobre el tapete y va a ser muy difícil seguir eludiéndolo.
El Papa ha dicho lo suyo; y es bastante. Lo que da ocasión a que se recuerden algunas cosas. Por ejemplo cuáles fueron las causas de que tantos jóvenes católicos terminaran en las filas del terrorismo y quienes los responsables de este hecho atroz. Los hombres de mi generación, la del Papa, conocen por experiencia directa, la respuesta. Lo han vivido. En el clima de confusión y de agitación que signó los años inmediatamente posteriores al Concilio Vaticano II, se impuso en numerosos círculos católicos una visión adulterada de la Fe. La Fe de Cristo fue sustituida por la falsa utopía de la revolución comunista y el lugar de la esperanza cristiana fue ocupado por la ilusión falaz del paraíso marxista. La teología de la liberación, primero, el tercermundismo, después, crecidos ambos al calor del desbarajuste posconciliar, fueron los instrumentos ideológicos que posibilitaron el pasaje de tantos jóvenes de la filas de la más acendrada militancia católica a las huestes partisanas. Este trasiego de la Fe de Cristo a la herejía tercermundista y liberacionista es la causa profunda del hecho hoy, finalmente, reconocido por la más alta voz de la Iglesia.
¿Y a quienes hay que imputar la responsabilidad de esta verdadera tragedia que tanto daño hizo a las almas y contribuyó en gran medida a sumir a la Argentina en un baño de sangre? En primer lugar, a los Pastores que por acción u omisión, no cumplieron con el grave deber de cuidar el rebaño a ellos confiados. Los que reaccionaron y se opusieron -tal, entre otros, los casos de Monseñor Castellano, arzobispo de Córdoba (la rebelión contra este santo obispo lo dirigió su auxiliar, Angelelli) y Monseñor Buteler, arzobispo de Mendoza- fueron literalmente barridos de sus diócesis y abandonados, duele decirlo pero es la verdad, por la Santa Sede. El único obispo que logró resistir la marea tercermundista en su jurisdicción y ser entendido por Roma, fue el arzobispo de Rosario, Monseñor Bolatti. Cuando el Episcopado reaccionó colectivamente ya era tarde y el mal había avanzado demasiado.
Hubo, también, felizmente muy pocos, pero los hubo, obispos que promovieron expresamente la subversión, que la alentaron y a quienes les cabe una responsabilidad mayor. Finalmente, hay que sumar a todos estos los numerosos sacerdotes, religiosos, religiosas, seminaristas, catequistas y dirigentes laicos que no solamente empujaron a los jóvenes a la guerrilla sino que ellos mismos, en muchos casos, tomaron las armas.
Esto hay que decirlo. Pero no, como pueda pensarse por una mera reivindicación de la verdad histórica (que es importante) ni menos aún por una pobre justicia humana que ya no puede alcanzar a nadie. No, hay que decirlo en razón de la Fe, como una exigencia de la Fe. Porque lo que aquí se juega es, precisamente, la Fe. El mismo Papa, en el discurso que comentamos, lo dice: “El futuro, ¿cuál es? Una obligación. La traditio fidei es también, traditio spei y la tenemos que dar”.
Es decir, transmitir la Fe y la Esperanza que vienen de lo alto en lugar de hacernos cómplices de los mesianismos demasiado terrenos. Y esto suena más católico que la utopía.

martes, 4 de marzo de 2014

sábado, 1 de marzo de 2014

CATHOLICVS: Sacramento del Matrimonio y Santa Misa Nupcial en ...

CATHOLICVS: Sacramento del Matrimonio y Santa Misa Nupcial en ...: Una Voce Argentina daba cuenta ayer en su página web de la reciente celebración del sacramento del Matrimonio, según el Rito Romano trad...

Santa Misa votiva de la Virgen en el Rito Dominico tradicional en California (EE.UU.)


Esta imagen fue tomada el pasado sábado 1 de febrero durante la Santa Misa votiva de la Inmaculada Concepción, cantada, en el Rito Dominico tradicional, oficiada en la capilla del Priorato de San Alberto Magno de Oakland, la Casa de Estudios de los PP. Dominicos en el área de la bahía de San Francisco, California (EE.UU.). Liturgia Dominica.