sábado, 30 de julio de 2011

Domingo 31 de Julio, Santa Misa Rito Antiguo a las 11.15 hs,en Santa Fe- Argentina

Este Domingo 31 de Julio, Santa Misa Rito Antiguo a las 11.15 hs,en la Iglesia de los Padres Dominicos en la ciudad de Santa Fe- 9 de julio y 3 de febrero- Y de lunes a viernes, a las 11.00 hs.

jueves, 21 de julio de 2011

Domingo 24 de Julio, Santa Misa Rito Antiguo a las 11.15 hs,en Santa Fe- Argentina


Este Domingo 24 de Julio, Santa Misa Rito Antiguo a las 11.15 hs,en la Iglesia de los Padres Dominicos en la ciudad de Santa Fe- 9 de julio y 3 de febrero- Y de lunes a jueves, a las 11.00 hs.

miércoles, 13 de julio de 2011

Aviso: no hay Misa de rito Antiguo desde este viernes al próximo miércoles.

Desde este viernes 15 de julio al miércoles 20 de julio, no hay Misa de rito Antiguo en el Convento de los Padres Dominicos en la ciudad de Santa fe- Argentina

lunes, 11 de julio de 2011

(X). LOS ORNAMENTOS LITÚRGICOS (IV)



El siguiente ornamento que mencionaremos es el velo humeralpaño de hombros o, simplemente, humeral. Se trata de un trozo de tela de aproximadamente dos metros de largo por cincuenta centímetros de ancho que el sacerdote usa sobre los hombros y espalda, generalmente sujeto con un broche, y con el que cubre sus manos para portar respetuosamente el Santísimo Sacramento y ciertos objetos sagrados dignos de veneración, como acaece con algunas reliquias insignes o imágenes de la Virgen, cuando bendice con ellos o los lleva en procesión.

En las Misas pontificales, los acólitos suelen vestir una especie particular de humeral, uno para llevar la mitra (en la forma extraordinaria, como en su momento se señalará, se usan dos mitras distintas según el momento de la celebración) y otro para portar el báculo. El color del humeral depende del uso que se le dé. Generalmente suele ser blanco o dorado, y ricamente bordado; pero los hay de todos los colores litúrgicos (Rubricarum Instructum, nr. 117). Para la bendición y las procesiones con el Santísimo Sacramento, el humeral sólo puede ser blanco, aunque éstas tengan lugar después de vísperas y el sacerdote lleve capa pluvial del color del día. Esta norma es absoluta y permanece también en la forma ordinaria, sea que la bendición se imparta con la custodia o sólo con el copón (Ritual de la Sagrada Comunión y el culto del Misterio Eucarístico fuera de la Misa, de 21 de junio de 1973, nr. 92).

En la forma extraordinaria hay una ceremonia que puede llamar la atención a quien asiste por primera vez a una Misa solemne, y que consiste en la velación de la patena con el humeral a partir del ofertorio por parte del subdiácono. Los simbolistas han visto en esta enigmática ceremonia una figura del Antiguo Testamento, que contenía velado el misterio de la Redención y de la consumación de la Ley y Profetas, que sólo se alcanza con la venida de Cristo. Su origen histórico se encuentra en la antigua práctica de las ofrendas al templo. Los fieles, en efecto, presentaban panes que los subdiáconos recogían en grandes vasijas, denominadas por ello «patenas». Reservada la parte necesaria para la consagración, los diáconos llevaban lo restante a la sacristía, para ser repartido a los pobres; luego regresaban con las patenas envueltas en paños para que sirviesen en la distribución de la Eucaristía.

Dos ornamentos que conviene considerar conjuntamente son la dalmáticay la tunicela. La dalmática es una holgada túnica de seda que se pone encima del alba, cubre el cuerpo por delante y detrás, y lleva para tapar los brazos una especie de mangas anchas y abiertas. Se llama así por proceder de una túnica blanca con mangas anchas y cortas y adornada de púrpura, que tomaron de los dálmatas los antiguos romanos de las clases sociales más acomodadas. La tunicela, por su parte, es una túnica fina de mangas largas y estrechas, más corta y menos rica en los adornos que la dalmática, que también se viste sobre el alba y que se diferencia de ésta por estar sin ceñir. Quizá la diferencia más sustancial entre una y otra vestimenta sea que la tunicela carece de clavi, esto es, de aquella franja decorativa en forma de cordón con borlas que desciende verticalmente desde la parte superior al borde inferir de la túnica. Ambas son del color litúrgico del día.

En la Misa solemne celebrada según la forma extraordinaria, el sacerdote viste casulla, el diácono dalmática, el subdiácono tunicela y el sacerdote asistente capa pluvial (aunque sólo en las Misas pontificales y en la primera Misa de un nuevo sacerdote). Si la Misa es celebrada por un obispo, éste viste la casulla sobre la dalmática y la tunicela (réplicas en seda sin forrar de la que visten el diácono y el subdiácono), para indicar que en él reside la plenitud del sacerdocio (Rubricarum Instructum, nrs. 134, 135 y 137). La dalmática y la tunicela simbolizan la justicia y al vestirse con ellas se reza una oración propia. El diácono dice: «Revestidme, Señor, con el ornamento de salvación y con el vestido de gozo; y cubridme siempre con la dalmática de la santidad»; y el subdiácono: «Que el Señor me revista con la túnica del gozo y con el ornamento de la alegría».

Cabe hacer notar que el Motu proprio Ministeria Quedam (1972) suprimió las órdenes menores, entre las que se encontraba el subdiaconado. En la forma ordinaria, por tanto, la dalmática permanece como la vestimenta propia del diácono, quien la viste sobre el alba y la estola, aunque puede omitirse por una necesidad o por un menor grado de solemnidad (Instrucción General del Misal Romano, nrs. 119 b y 338). El Ceremonial de los Obispos aconseja también que en la celebración solemne, según la antigua costumbre, debajo de la casulla éstos vistan la dalmática, que podrá ser siempre blanca (nr. 56).


viernes, 8 de julio de 2011

Domingo 10 de Julio, Santa Misa Rito Antiguo a las 11.15 hs,en Santa Fe- Argentina

Este Domingo 10 de Julio, Santa Misa Rito Antiguo a las 11.15 hs,en la Iglesia de los Padres Dominicos en la ciudad de Santa Fe- 9 de julio y 3 de febrero- Y de lunes a jueves, a las 11.00 hs.

miércoles, 6 de julio de 2011

Misa rito Antiguo en la ciudad de Santa Fe ( Argentina ) MISSAE DEFUNCTORUM

Solemne funeral por el archiduque Otto de Habsburg, primogénito del Beato Carlos I de Austria, ultimo  Emperador Católico de la Cristiandad




                                                   


                                                       Antiphona ad Introitum




Sequentia Dies irae













Concluyo con

ORDO ABSOLUTIONS
IN EXSEQUIIS ABSENTE DEFUNCTI CORPORE
EX RITUALI ROMANO





                                              

lunes, 4 de julio de 2011

(IX). LOS ORNAMENTOS LITÚRGICOS (III)



La oración que reza el sacerdote cuando se reviste con la casulla recuerda las palabras de Jesús, que nos invita a llevar su yugo y a aprender de Él, que es «manso y humilde de corazón» (Mt 11, 29). Llevar el yugo del Señor, nos recuerda Benedicto XVI, significa ante todo estar dispuestos a seguir el ejemplo que nos ha trazado quien es Camino, Verdad y Vida (Jn 14, 6). «De Él debemos aprender la mansedumbre y la humildad, la humildad de Dios que se manifiesta al hacerse hombre» (Homilía de la Santa Misa Crismal, jueves 5 de abril de 2007). Con idéntica orientación teológica, la casulla busca representar el vestido de púrpura puesto a Jesús cuando fue sometido al escarnio de ser considerado un falso rey, en recuerdo de la humildad con que el sacerdote debe servir su ministerio.

En la forma extraordinaria hay un último ornamento con el que se reviste el sacerdote para celebrar la Santa Misa: el manípulo. El sacerdote (y también el diácono y el subdiácono en las Misas solemnes) lleva fija sobre el antebrazo izquierdo una faja de tela de la misma hechura de la estola, pero más corta, sujeta por medio de un fiador o de unas cintas sobre la manga del alba. En laRubricarum instructum de 1960 sólo existe una indicación sobre el manípulo, y se refiere a su incompatibilidad con la capa pluvial o con la vestimenta del sacerdote cuando realiza bendiciones sobre el altar (nr. 136). Así ocurre, por ejemplo, en la liturgia del Viernes Santo (Rubricarum instructum, nr. 135, letra f). En la forma ordinaria este ornamento no se utiliza y no existe ninguna mención a él en la Instrucción General del Misal Romano. Sin embargo, Mauro Gagliardi, consultor de la Oficina para las Celebraciones Litúrgicas del Sumo Pontífice, es del parecer que este ornamento jamás fue abrogado por la reforma litúrgica («Liturgical Vestments and the Vesting Prayers», 18 de diciembre de 2009).

Existen dudas sobre el origen del manípulo. Algunos piensan que procede de un trozo de lienzo que antiguamente llevaban los cónsules y que agitaban en el aire para ordenar la salida en las carreras de circo. Litúrgicamente, esta costumbre continúo observándose mediante el uso de un fino pañuelo que llevaban los ministros durante la Misa, cuya función era más de decoro y etiqueta que para fines prácticos. Otros autores creen que su empleo obedecía a una razón funcional: el manípulo era un sencillo pañuelo con el que los ministros se limpiaban el sudor y enjugaban sus lágrimas durante la Misa y, además, con el que el subdiácono purificaba los vasos sagrados. De acuerdo a esta explicación, el manípulo recuerda el pañuelo (mappa y su diminutivo mappula) que usaban los romanos para el aseo de las manos y la boca después de cada comida, y también al que utilizaban las damas de sociedad para enjugarse el sudor. Sea cual fuere su origen, el uso del manípulo se institucionalizó hacia el siglo X como parte de los ornamentos propios del orden sagrado de la Iglesia latina, ya que hasta ese momento su uso se circunscribía casi exclusivamente a Roma.

El manípulo, que ha de ser del color litúrgico del día, debe tener en su centro, que viene encima mismo del brazo, una cruz que ha de besar el que lo lleva, tanto antes de ponérselo como al momento de quitárselo. Ordinariamente también suele colocarse una cruz a cada extremo, aunque no está propiamente mandado. Espiritualmente, este ornamento nos recuerda las buenas obras y que los trabajos y el dolor ofrecidos a Dios serán espléndidamente recompensados. La oración que el sacerdote pronuncia al ponérselo es: «Merezca, Señor, llevar el manípulo del llanto y del dolor, para poder recibir con alegría el premio de mis trabajos». En el recuerdo de la Pasión, el manípulo representa las ataduras con que fueron ceñidas las manos de Nuestro Señor al ser azotado.

El siguiente ornamento al que conviene referirse es la capa pluvial. Todo parece indicar que antiguamente, en las frecuentes procesiones que se hacían por los alrededores de los pueblos, los clérigos llevaban previsoramente esta capa para guardarse de la lluvia que pudiera sobrevenir. Para ese fin, este modelo de capa no sólo les cubría el cuerpo, sino que además tenía entre los hombros una capucha con la que protegerse la cabeza si empezaba a llover. Por esta razón, aún hoy en día, a esta capa se le llama en los países meridionales de Europa «pluvial», o sea, para la lluvia, y por la misma razón, en recuerdo de su origen, se le añade en su puesto adecuado un capillo. Conviene saber que sigue la regla del color litúrgico del día y que su uso es obligatorio en ciertas ceremonias o bendiciones más solemnes, por ejemplo, la bendición anual de las candelas, de la ceniza, de los ramos y del fuego nuevo; también debe llevarse en la bendición con la custodia durante la exposición del Santísimo Sacramento, así como en una procesión. No es de uso exclusivo del sacerdote, dado que pueden llevarla también los clérigos menores, pero no pueden usarla los seglares.