Venid y vamos a bendecir a José de eterno recuerdo, que llegó a Pilatos por la noche y le rogó por la vida de todos: "Dame ese desconocido, que no tiene donde reclinar la cabeza. Me da este extraño, a quien su discípulo mal entregado a la muerte. Dame ese desconocido, a quien su madre vio colgado en la cruz, y con el dolor de una madre lloraba lágrimas: "¡Ay de mí, mi hijo ¡Ay de mí, luz de mis ojos y la fruta predilecta de mi vientre por lo que Simeón predijo! en el templo ha venido a pasar hoy en día: una espada traspasará el corazón, pero tú cambio mi dolor a la alegría por tu Ressurrection ". "
Nosotros veneramos tu Pasión, Cristo.
Veneramos tu Pasión, Cristo.
Veneramos tu pasión, oh Cristo, y Tu Santa Resurrección.
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