martes, 19 de junio de 2012

La moderna amenaza contra el Concilio de Trento


En los últimos tiempos me ha sorprendido el desdén con que algunos católicos hablan del Concilio de Trento.

Ahora los ataques contra Trento y España vienen de dos sectores. Por un lado, y lógico, el protestante. El protestantismo siempre ha odiado a la España católica. Muchos conocen, por ejemplo, los últimos artículos de César Vidal. Ya le respondió, en su debido momento, el historiador Pío Moa. También en varios blogs se ha dado respuesta a Vidal.

Me temo que el odio hacia Trento es ocasionado en parte por la Leyenda Negra que los protestantes otorgaron a España. Ya dice don Marcelino Menéndez y Pelayo que España es “luz de Trento”. En el Concilio de Trento se asestó un gran golpe a los protestantes y los españoles jugaron un papel fundamental.

Carlos I de España y V de Alemania

(...) Gran vergüenza y afrenta nuestra es, que un sólo fraile (Martín Lutero), contra Dios, errado en su opinión contra toda la Cristiandad, así del tiempo pasado de mil años ha, y más como del presente, nos quiera pervertir y hacer conocer, según su opinión, que toda la dicha Cristiandad seria y habría estado todas horas en error. Por lo cual, Yo estoy determinado de emplear mis Reinos y señoríos, mis amigos, mi cuerpo, mi sangre, mi vida y mi alma. Carlos I de España y V de Alemania
La segunda línea contra Trento es encabezada por una heterogénea masa de ignorantes. Sorprende oír hablar a algunos católicos que echan pestes del Concilio de Trento. Aunque parezca cosa increíble, hay bastantes. Ha nacido una moderna turbamulta de cristianos que no quieren “volver al Concilio de Trento”. Entre ellos, se encuentran incluso celosos progresistas que piensan que alabar el Concilio de Trento supone ir en contra del Concilio Vaticano II.

Supongo que cuando algunos católicos atacan al Concilio de Trento ignoran lo siguiente:

  1. Que se hace especial énfasis en que los miembros de la Iglesia sean gente que guarde la ética y la moral.

  2. Que se crean los seminarios diocesanos

  3. Que también se hace énfasis en la obligatoriedad del celibato sacerdotal
  4. Que los obispos no pueden acumular beneficios y deben residir en sus diócesis

  5. Se reafirma la autoridad del Papa

  6. Se defiende, contra lo dicho por Lutero, la validez de los siete sacramentos.

  7. La Iglesia Católica confiere la importancia debida a la Tradición

  8. Se afirma la existencia del Purgatorio

Defender el Concilio de Trento no es una cuestión de aquellos que están “anclados en el pasado”, sino de todo católico con un poco de sentido común. No es ésta, desde luego,  una de las grandes amenazas a las que se enfrenta hoy la Iglesia, pero sí es un síntoma de algo mucho peor.
http://siguiendoachesterton.blogspot.com.es

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